¡¡Conoce a Chico!! El 10 de julio vivió una pesadilla. La persona que más amaba intentó acabar con su vida con un martillo. Un equipo de protectoras de animales estaba en el lugar correcto en el momento correcto. Escucharon los gritos de Chico e intervinieron de inmediato. Nos llamaron y corrimos a salvar a esta pobre alma. Estaba en un estado muy grave. Le rompieron la mandíbula y muchos dientes. Su cerebro resultó gravemente dañado y un ojo no podía ver nada. Se necesitaba un milagro para que él existiera porque ella no quería pagarle un veterinario. El dueño iba a quitarse la vida, y ella fue arrestada en el acto, pero para pagarle un abogado tenía dinero y fue liberada. Mientras tanto…
Al día siguiente, por suerte Chico recuperó un poco de fuerzas. Abrió los ojos y empezó a gemir en voz baja. Pudo tomar un poco de comida con medicamentos y su temperatura también se estabilizó. Empezó a aceptar y reaccionar a nuestros cuidados, un poquito y muy lentamente, pero es una buena señal. Chico fue sometido a algunos procedimientos quirúrgicos, como el paladar, que tenía varios huesos rotos por los martillazos. Y con el tiempo se sometería a más cirugías, pues todavía tenía el paladar todo abierto, y uno de sus ojitos… los veterinarios le hicieron varios procedimientos e intentos para evitar extirparlo.
Lo que nos preocupaba era que no respondía a sus extremidades. Los médicos dijeron que la causa fue daño cerebral. Necesitaría fisioterapia. A pesar de tener todos los motivos para darse por vencido, conviviendo con la raza humana, continuó mostrándonos su fe en días mejores. Nos mostró su fuerte voluntad. Todos quedamos muy impresionados con él.
El tercer día, Chico inició su primera terapia bajo el agua. Todavía no estaba acostumbrado, así que al principio fue un poco difícil, pero rápidamente todo salió muy bien. Después de una semana de terapia, Chico pudo ponerse de pie e incluso caminar. Es realmente un chico fuerte. Todavía vimos a Chico con el cuello vendado y una sonda porque todavía tenía heridas en el cuello y también la abertura de un pasaje que a veces usaba para alimentarse. Los trámites se fueron haciendo poco a poco. Estaba recuperando peso y vitalidad. Tenía el ojo derecho un poco hinchado y fue necesario realizarle una cirugía de enucleación. Y una vez más Chico demostró su fuerza y tuvo una recuperación fantástica.
Dos meses después, Chico está completamente sano y la buena noticia es que fue adoptado por la mejor familia: las personas que literalmente lucharon por su vida, incluido el veterinario que hizo realidad el milagro de su vida. Ella lo adoptó, lo ama y lo cuida bien. Chico ya no tiene miedo; él es más seguro y encantador.