La gente generalmente trata de evitar interactuar con sus compañeros de viaje cuando viajan en el tren.

A menos, por supuesto, que uno de esos pasajeros sea un encantador galgo italiano de 2 años llamado Cosmo.

Los galgos tienen fama de ser perros ligeramente ansiosos y muchos necesitan un poco más de tiempo para volverse afectuosos y confiar en las personas. Pero cada vez que sus patas tocan el andén del tren, Cosmo se pone a trabajar para derrotar ese estereotipo.

Un martes por la tarde en particular en el metro de Londres, a Cosmo le resultaba excepcionalmente fácil hacer amigos. Conoció a una mujer sosteniendo un café, un hombre de traje y viajeros con bolsas metidas a los costados y bajo los pies, y sin importar la persona, Cosmo estaba listo para difundir alegría y consuelo a cualquiera que estuviera dispuesto a darle mascotas.

“Me encanta llevarlo conmigo en el tren porque siempre ilumina el día de las personas”, dijo Megan Lane, la madre de Cosmo, a The Dodo. “Quiere ser amigo de todos los que conoce”.

Lane dijo que siempre es cautelosa cuando Cosmo felizmente se acerca a un extraño, especialmente cuando salta sobre sus rodillas. Ella descubre que la mayoría de las personas se apresuran a darle el amor que busca, lo que convierte a Cosmo en el perro honorario de terapia del metro de Londres.

“La gente siempre sonríe y pregunta si pueden abrazarlo o acariciarlo”, dijo Lane.

Cosmo tiene un historial de brindar compañía y amor a las personas cuando más lo necesitan. Para Lane, Cosmo demostró ser el amigo perfecto en su momento de necesidad.

“Lo conseguí cuando tenía el corazón roto y mucho miedo de vivir sola por primera vez en mi vida”, dijo Lane. “Ha sido la mejor compañía y mi amiguito. Duerme bajo las sábanas sobre mis piernas”.

Ya sea que esté abrazando a su mamá en casa o acariciando a su nuevo mejor amigo que conoció hace unos minutos, Cosmo tiene la misión de hacer que el día de todos sea un poco más brillante. Predica con el ejemplo, demostrando continuamente que a veces incluso los viajeros más solitarios disfrutan encontrarse con un extraño en el tren.