La desafortunada perra abandonada, que yacía exhausta en una colina desierta, tenía mucha hambre y le dolía el cuerpo. De vez en cuando, la gente que pasaba la miraba con lástima, pero nadie se atrevía a acercarse a ella. ¡Conoce a Charlie! Cuando lo vieron por primera vez, es difícil describir lo demacrado y enfermizo que parecía. En sus dos años de vida, Charlie había soportado mucho. Yacía en el suelo frío, incapaz de valerse por sí mismo, cubierto de llagas, plagado de moscas y garrapatas. Fue desgarrador verlo tan miserable y solo, viviendo sus últimos días.
Por suerte, apareció el ángel de la guarda de Charlie y, tras un poco de persuasión, superó su miedo y se acercó. La salvación comenzó desde ese momento. Charlie fue llevado de urgencia al veterinario, donde recibió atención inmediata. Esperábamos un cambio en su suerte y oramos por esta alma valiente.
Al segundo día, Charlie recibió una transfusión de sangre debido a una anemia grave, lo que indicaba que le quedaba un largo camino por recorrer hasta el veterinario. Pero cada día que pasaba, fuimos testigos de cambios positivos, lo que reforzó nuestra esperanza de su recuperación. Al cuarto día, Charlie estaba mostrando avances en su batalla contra la enfermedad.
Al décimo día, la condición de Charlie había mejorado aún más y comenzó a tomar medicamentos para prevenir infecciones. Poco a poco se adaptó a su nueva vida y aprendió a caminar, mover la cola y hacer amigos en la clínica. Fue conmovedor presenciar su transformación cuando salió de su caparazón.
Al vigésimo segundo día, el progreso de Charlie era asombroso. Ganando peso y disfrutando de comidas regulares, deleitó a todos. Para el día ochenta, Charlie había hecho un querido amigo en la clínica llamado Pachito, y jugaban juntos, haciéndose compañía.
Al centésimo día, Charlie realmente había dado un giro. Ahora es un perro alegre, saludable, lleno de energía y amor, que cautivó a todos los que lo rodeaban con su cola meneante y su carácter afectuoso. La gente estaba ansiosa por darle un hogar permanente, testimonio de su nuevo entusiasmo por la vida.