Esta es Zeyna, una perrita que ha estado abandonada durante tanto tiempo. Tiene una afección cutánea grave. Su piel estaba cubierta de dolorosas zonas parecidas a piedras. Su cuerpo no era más que piel y huesos. Realmente no pudimos contener las lágrimas cuando vimos su condición…
Fue entonces cuando la encontramos por primera vez. Estuvo muriendo de hambre durante muchos días.
La ahuyentaron porque tiene una piel repugnante cubierta de dolorosas manchas parecidas a piedras, y su apariencia es un inquietante recordatorio de negligencia y rechazo. Con cada gesto desdeñoso, su corazón se hundía más profundamente en la desesperación, y sus ojos, antes brillantes, ahora estaban apagados por el peso del rechazo interminable.
Pero debajo del exterior áspero, latía un corazón que anhelaba aceptación y amor.
A Zeyna le hicieron un examen minucioso. Se aplicaron cuidados especiales y dietas nutricionales durante días. Lentamente su cuerpo comenzó a responder al alimento.
Aumentó un poco de peso, señal del alimento del que había estado privada durante mucho tiempo. Poco a poco, su pelaje, que se había caído casi por completo, empezó a crecer de nuevo en parches. Cada mechón de nuevo crecimiento era un testimonio de su resiliencia, un rayo de esperanza que brillaba a través de la oscuridad de su pasado de abandono.
Con cada día que pasaba, se hacía más fuerte y su cuerpo, antes frágil, ahora se llenaba de una nueva vitalidad. Y a medida que su pelaje siguió creciendo, sirvió como un recordatorio tangible de la transformación que estaba teniendo lugar dentro de ella, un símbolo de curación y renovación.